El bocconcino es un tipo de queso mozzarella fresco, pero con una característica distintiva: se presenta en pequeñas bolas o esferas. Su nombre, de hecho, significa "bocado pequeño" en italiano. Es un queso de pasta hilada, lo que le confiere una textura ligeramente elástica y fibrosa, similar a la mozzarella, pero más tierna debido a su tamaño y mayor humedad. Generalmente se elabora con leche de vaca, aunque también existen versiones de leche de búfala.
Sus propiedades más destacadas son:
Textura suave y ligeramente elástica: Es un queso tierno y jugoso, con esa característica "hilada" de la mozzarella que se estira ligeramente al cortarlo.
Sabor lácteo, delicado y fresco: Tiene un gusto a leche fresca, suave y poco desarrollado, con una ligera acidez que lo hace muy agradable al paladar. No es un queso con sabores fuertes o complejos.
Alto contenido de humedad: Se envasa en su propio suero o en agua para mantener su frescura y suavidad.
Buena fuente de proteínas: Como la mayoría de los quesos, aporta proteínas de alto valor biológico.
Aporte de calcio y fósforo: Contribuye a la salud ósea y dental.
Versatilidad en la cocina: Por su tamaño y sabor suave, es ideal para ensaladas (especialmente la Caprese, donde es un ingrediente fundamental), antipastos, pizzas, brochetas, o simplemente como un snack fresco. Se recomienda consumirlo a temperatura ambiente para apreciar mejor su textura y sabor.
Variantes: Además de la versión clásica, se pueden encontrar bocconcinos sin lactosa para personas con intolerancia. También existen bocconcinos ahumados, que añaden un toque distintivo.